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Las trágicas historias que rodean la creación de «The Iron Giant» y la novela que la inspiró

El amor por la conmovedora película The Iron Giant (1999) es universal, pero no muchos conocen las trágicas historias detrás de la creación de la novela original y de la versión animada. Fue el primer filme dirigido por Brad Bird (Ratatouille, The Incredibles) tras decidir hacer una adaptación para honrar la memoria de su hermana, Susan.

Susan Bird fue asesinada a tiros por su esposo. La premisa que le vendió el director a Warner Bros., fue la siguiente: «¿Qué tal si una pistola tuviera alma y no quisiera ser una pistola?»


The Iron Man

El libro de ciencia ficción que inspiró a Bird, titulado The Iron Man (1968), lo escribió el escritor británico Ted Hughes. La base de su creación no fue menos que trágica: quería confortar a sus hijos tras el suicidio de su madre, la poeta estadounidense Sylvia Plath.

Lo padres de dos hijos estuvieron casados de 1956 a 1962, cuando ella se enteró que él tenía una amante llamada Assia Wevill. Sylvia sufrió de depresión durante toda su vida adulta e intentó matarse en varias ocasiones.

Finalmente, un año después de la separación, ella abrió el gas del horno de su casa, metió la cabeza y murió envenenada.

Tragedia a la luz

En el 2017 se difundieron unas cartas escritas por Plath en las que aseguró que en algún punto de los años finales de la relación, Ted la golpeó y le deseó la muerte. Dos días después de la golpiza, tuvo un aborto.

Pero este no fue el último suicidio que afectó la vida de Hughes. A un año del lanzamiento de The Iron Man, Assia acabó con su vida y con la de la pequeña hija que tuvo con el escritor. Lo más desgarrador es que lo hizo de la misma manera que Sylvia seis años antes: envenenamiento por el gas del horno.

Sylvia y Ted

En una entrevista a The Guardian en 1996, Ted Hughes habló sobre los suicidios de sus amores. «Dijo que la muerte de Plath era inevitable, estuvo en ese camino durante la mayoría de su vida, pero lo de Wevill pudo evitarse», escribió el medio.

En 1999, Brad Bird estrenó The Iron Giant como tributo a su propia tragedia familiar. Le dedicó el filme a Sylvia Plath y Ted Hughes, el autor que murió 10 meses antes del estreno de la película.

Más allá de las lamentables historias de trasfondo, el largometraje de Bird recuerda la maravilla de ser un niño y, además, sabe cómo sacar las lágrimas de forma inevitable.