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¿Te impresionó Anabelle o Chuky? Te mostramos muñecos demoníacos de la vida real

Ya conocemos las historias en las cuales se inspiraron las películas de Chucky y El Conjuro, pero estos no son los únicos muñecos con un misterio oculto, por lo que a continuación aquí te mostraremos que otros juguetes podrían crear su propia franquicia.


Okiku

Esta muñeca recibe su nombre debido a que era el mismo que tuvo su única dueña quien fue una niña que falleció en 1919, y desde entonces parece que su alma reside dentro del juguete. Esta creencia se vio fortalecida por el hecho de que el cabello de la muñeca debe ser cortado constantemente porque nunca ha dejado de crecer.


Letta

Esta es una muñeca gitana la cual fue encontrada en una casa abandonada por Kerry Walton, quien cuando regresaba a su casa quiso aventurarse en el lugar antes mencionado para superar su miedo a ese tipo de sitios.

Se dice que la muñeca tiene cabello de una persona real y que fue creada con la finalidad de albergar el alma de un niño, las personas comentan que cuando la ven directamente a la cara les cambia radicalmente el estado de ánimo.


Kelly

Esta muñeca se hizo famosa debido a que su dueña creó un lazo tan fuerte con ella que decidió que deberían casarse; Kelly parece humana pero esto es porque muchos familiares dicen que la muñeca tiene cargas negativas y que produce una singular tristeza si se está cerca de ella. Otra de las razones por las que podría tener energías contenidas sería ser por el trato que mantiene con su «esposa» y dueña quien hasta ha mantenido relaciones sexuales con ella.


Pupa

A esta pequeña muñeca se le fue otorgado cabello real porque a su antigua dueña no le gustaba que fuera calva (algo muy común en 1920). Sin embargo la niña comentaba que el juguete le hablaba regularmente, teoría que tiempo después ganó más fama luego de que en 2005 encontrarán una nota en la caja donde estaba guardada que decía “Pupa odia”.


Mandy

Esta muñeca fue desechada por su antigua dueña supuestamente para evitar que su hija se encariñara con ella, dejándola en manos en ese entonces de la conservadora Ruth Stubbs en el Museo Quesnel  en Canadá; lo que en el momento la ex dueña no comentó fue que la muñeca tenía algo más en su interior debido a que desde que llegó a su nuevo hogar se ha notado que la misma puede estar poseída por una niña.

La supuesta niña daña tanto como a otras muñecas, también hace interferencia y hasta daña aparatos electrónicos. Con Mandy se optó de dejarle un juguete de una oveja para que no se sintiera tan sola, aunque en ocasiones este aparece fuera del lugar en el que está expuesta la muñeca.