Sarah Hyland siempre ha sido sincera con respecto a sus problemas de salud y su batalla contra la displasia renal (trastorno en el desarrollo del riñón), pero hace un tiempo pasó por un momento particularmente difícil y decidió abrirse al respecto.
En septiembre de 2017, la estrella de Modern Family se sometió a un segundo trasplante de riñón después de que su cuerpo rechazara el primero, que tuvo en febrero de 2012. Los médicos descubrieron que su cuerpo no estaba filtrando adecuadamente los desechos en octubre de 2017.
«Hicimos todas estas pruebas y todos estos tratamientos para tratar de salvar el riñón. Vacaciones de Navidad, Año Nuevo, Acción de Gracias, mi cumpleaños, todo lo pasé en el hospital», le dijo a la revista Self.
Contempló el suicidio
En la entrevista, la actriz dijo que “cuando un miembro de la familia te da una segunda oportunidad en la vida y falla, casi parece que es tu culpa. No lo es, pero parece”, comentó en relación a la donación de riñón que le hizo su padre, el cual rechazó su organismo.
Cuando llegó el momento de extirpar el riñón enfermo, su hermano Ian se comprometió a ser su donante, pero ella dudó en aceptarlo debido a lo que sucedió la primera vez.
«Estaba muy deprimida. Durante mucho tiempo, estuve pensando en suicidarme, porque no quería fallarle a mi hermanito como le fallé a mi papá.»
Estable y feliz
Hyland recibió su segundo trasplante de riñón en septiembre de 2017, pocos días después de su primera cita con la exchico de The Bachelorette, Wells Adams. Comentó cómo esto le dio otro sentido a su relación con él:
«Me ha visto en mi peor momento. Creo que es por eso que me siento más bella en sus ojos, porque todavía me encuentra hermosa después de ver todo eso. Fue un comienzo muy íntimo para una relación (…)»
Ahora, Sarah está cada vez mejor y «más feliz que nunca» según sus propias palabras: «Estoy estable, prosperando. Estoy super feliz con la vida.»
Fuente: US Weekly
