Hace poco, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, aseguró tener un botón nuclear más grande y poderoso del que podría tener el líder norcoreano Kim Jong-un, sin embargo, se ha revelado que la realidad es muy distinta a esta, pues en Washington no existe físicamente tal botón.
Los comentarios van de la mano a un tweet emitido por Trump la noche del martes, y fue en respuesta al discurso de año nuevo ofrecido por Kim, en donde precisó numerosas amenazadas contra Estados Unidos, asegurando que tiene un botón nuclear en su escritorio y que “el territorio entero de Estados Unidos está en el rango de nuestras armas nucleares”.
“¿Podría alguien dentro de su débil y hambriento régimen informarle que yo también tengo un Botón Nuclear, pero que el mío es mucho más grande y más poderoso, y que el mío sí funciona?”.
Ahora, este miércoles, el fotógrafo personal del ex presidente Barack Obama, Pete Souza, reveló que en realidad sí existe el dichoso botón en el escritorio de la Casa Blanca, pero no para lanzamientos nucleares.
“Y afortunadamente, el botón rojo en el escritorio es para llamar al servicio de camarería, no para empezar una guerra”.
A ciencia cierta, los procesos para ejecutar un ataque nuclear son bastante complejos y secretos, además, involucra un maletín al cual llaman la pelota, que es cargado por un funcionario que acompaña al presidente a cualquier lugar. Este maletín está equipado con canales de comunicación y un manual con estrictas instrucciones bélicas.
Si el presidente quiere o desea iniciar un ataque nuclear, tendría que dar cara ante jefes militares del Pentágono con códigos que sólo él conoce. Transmitir claves que están grabadas en una tarjeta secreta a la que solo el mandatario tiene acceso, entre otros procesos militares.
Tal parecía que Trump estaba dispuesto a iniciar un diálogo con el mandatario norcoreano, luego de que Kim realizara una inusitada invitación a Corea del Sur en su discurso de año nuevo.
No obstante, la embajadora estadounidense ante las Naciones Unidas precisó que estas conversaciones no serían fructíferas si no se incluía un mecanismo para eliminar las armas nucleares norcoreanas.